Tres palabras clave

Vocación, esperanza y responsabilidad son tres palabras que siempre van de la mano. Cada vez que un joven generoso es capaz de decir “creo que Dios me llama a ser jesuita”, la esperanza se abre paso como una semilla en la tierra. Recuerdo bien cómo la mera intuición de ser sacerdote en la Compañía de Jesús tenía la fuerza suficiente para proyectarme al futuro y hacer que me entretuviera durante horas entre ensoñaciones de entrega a Dios y servicio al prójimo. No hay vocación que no implique...