El mundo entero cabe en una pequeña habitación… Anselmo Rabadán nos cuenta todo lo que Ignacio hizo desde su cameretta en Roma.
Envió a sus compañeros jesuitas por todo el mundo, redactó las constituciones de la Compañía, escribió cientos de cartas con las que los primeros compañeros vivieron «en unión de ánimos». Todo eso y mucho más, desde una habitación.