En el espacio de un tuit, ¿cómo se definiría?
Un hombre tranquilo, metódico, con tendencia al perfeccionismo, analítico, sin ganas de hacer mucho ruido, al que le gusta escuchar y seguir aprendiendo.
¿Quién es Jesucristo para Diego Haro?
Jesús empezó siendo para mí un luchador: coherente, sensible, humano, con una vivencia muy profunda de la justicia y el servicio. Luego, poco a poco, he ido conociendo más a Jesucristo y entonces me he encontrado con su divinidad: enorme en el amor, inabarcable y a la vez tan cercano e inaprensible. Este último Jesús, que no excluye el primero, es el que hoy me enamora y lo va cambiando todo.
Su fe cristiana, ¿qué sentido le da?
A la vida, me lo da todo. Hace unos años pasé por una enfermedad. En uno de los momentos más difíciles, la espera del diagnóstico, sentí una confianza que no era mía y que apagó gran parte de mis miedos. Luego, por mucho que he querido, no he podido replicar con mis fuerzas esa fe. Ella ha ido creciendo cuando y como Dios ha querido. Por mi parte queda pedirla, acogerla, cuidarla y agradecerla.
¿Cómo ora?
Me gusta hacer oración al amanecer y en silencio. Me suelo apoyar bastante en las lecturas del día. Cada vez más busco escuchar, en medio del silencio, qué me está pidiendo Dios en lo concreto de mi vida. La fidelidad de ese encuentro con Jesús, también en la eucaristía, es clave.
¿Qué es la Compañía de Jesús para Diego Haro?
Un grupo de compañeros frágiles y limitados que cuando somos capaces de dejar de lado nuestros egos, saliendo de nuestro propio querer e interés, servimos más y mejor a la misión de Cristo y su Iglesia. Me he encontrado y encuentro hoy compañeros capaces de vivir así su vocación. Compañeros que me confirman que este es mi sitio y mi vida.