FAQ

Frequently Asked Questions

¿Cuál es la diferencia entre un jesuita y un cura normal?

Lo que la gente suele entender por un “cura normal” es un sacerdote diocesano al cargo de una parroquia. Los jesuitas no somos diocesanos sino religiosos, definidos por los votos de pobreza, castidad y obediencia. Eso es lo que nos distingue y nos identifica. Todos los jesuitas hacen estos votos, pero no todos son sacerdotes. Los hermanos, por ejemplo, son 100% jesuitas sin ser sacerdotes. Dicho esto, los que sí son sacerdotes, lo son de un modo marcado por los votos. A diferencia del sacerdote diocesano, adscrito a una determinada diócesis, el sacerdote jesuita se distingue por la disponibilidad y la movilidad para una misión universal.

¿Hace falta estar 100% seguro?

Lo cierto es que nunca podemos tener una certeza absoluta. Lo que sí está en tu mano es poner todos los medios para descubrir el camino al que Dios te llama. Además, el discernimiento no acaba con la decisión de entrar o no al noviciado. Es más bien un proceso continuo en el que uno va dando pasos y confirmando poco a poco.

¿Hay que pagar algo para ser jesuita?

No, en ninguna de las etapas se le pide al candidato o al jesuita que financie sus estudios. La Compañía se encarga de ofrecer lo necesario para la formación de cada jesuita. La persona, por su parte, se compromete a vivir todo ello con austeridad y agradecimiento, según el voto de pobreza.

¿Con qué edad se puede entrar en la Compañía?

La edad mínima serían 18 años. Aun así, la Compañía en España suele pedir que el candidato haya tenido al menos un año de experiencia universitaria o laboral tras haber acabado el colegio. Se pretende así que el joven adquiera una cierta madurez antes de tomar una decisión tan importante. En cuanto a la edad máxima, depende mucho de las personas, sus circunstancias personales y su capacidad para “aprender un nuevo modo de vida”. 

¿Cuándo tengo que hacer público mi deseo de ser jesuita?

Pues depende de las personas y los procesos. Hay gente que se lo cuenta a su familia y amigos en cuanto empieza a planteárselo. Otros prefieren iniciar el proceso de discernimiento con cierta discreción, para sentirse más libres hasta la decisión final. En cualquier caso, es algo que puedes hablar con tu acompañante, para hacerlo del modo que más te ayude. 

¿Qué compromiso implica si contacto?

Si alguna vez te has planteado ser jesuita, lo mejor es hablarlo con un jesuita cercano al que conozcas. Verás que no es tan difícil… y juntos podréis empezar un camino para descubrir qué quiere Dios de ti. Si no conoces a ninguno -o simplemente prefieres hacerlo así- puedes escribirnos al equipo de vocaciones. Un miembro del equipo te responderá de forma personal y tratará de ayudarte en tu búsqueda.

¿Es necesario tener una carrera?

No, no hace falta. Hay gente que entra con los estudios en curso o sin ellos. Lo que sí es importante es contar con una cierta aptitud para el estudio y con la motivación suficiente. La formación en la Compañía es larga y exigente, aunque se ofrecen todos los apoyos para que esto sea una riqueza y no un problema.

¿Y si luego no funciona? ¿Qué pasa?

En los primeros momentos, no pasa nada. Sólo tras los dos años de noviciado, uno adquiere un compromiso personal. Noviciado tiene la misma raíz que noviazgo… Es por tanto tiempo de prueba, de conocerse mutuamente la Compañía y el candidato, para ver si existe una verdadera vocación. Tras los votos, el jesuita sí que adquiere un compromiso que, no obstante, va madurando y creciendo con los años.