Testimonio

Aquí estoy, Señor

por

Qué bonito es ser parte. Ser parte de Tu Compañía. Estar acompañado y acompañar. Trabajar para colaborar con el Reino, con Tu Reino.

A veces es difícil verlo, reconocerlo, porque las frustraciones, los desencantos, los fracasos me pesan. Son lo primero que viene a la superficie. A veces faltan las fuerzas. Sin embargo, los brotes de las semillas de justicia y paz, si hago un poco de silencio en el corazón, salen a la luz. Las veo en tantas personas que trabajan desinteresadamente y hacen realidad Tu proyecto de amor, en el esplendor de la Creación y también en mi propia vida que poco a poco se abre al futuro en tu Camino, Verdad y Vida.

Te agradezco porque un día, haciendo los Ejercicios, me permitiste ver que solo hay un Señor. Pude ver más allá de los tantos señores que me ofrecen todo el tiempo un bienestar, una seguridad y plenitud que se esfuman con el correr de las horas y me dejan vacío. Me siento pequeño cuando veo que mi respuesta es pobre, limitada, a regañadientes. Pensaba haberlo entregado todo, pero me doy cuenta de que he entregado demasiado poco.  Sin embargo, no te importa. Confías en mí. Te interesa que esté a tu lado, que conozca de cerca tus proyectos e ilusiones para esta Humanidad doliente y que lleve tu presencia a los que lo necesitan. A pesar de todo, aquí estoy, Eterno Señor de todas las cosas.

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