Nos ha inspirado

María, la Virgen del Camino, la mujer que salió de sí misma, siempre atenta a la novedad de Dios. La Madre que se puso en camino tantas veces para proteger a su Hijo o seguirle por los pueblos de Galilea. Salir, como hoy lo hacen tantas personas: migrantes, peregrinos, refugiados, heridos, desplazados…

Nuestra Señora de la Estrada es la patrona de la Compañía de Jesús porque dicha imagen estaba presente en la capilla en la que San Ignacio de Loyola, el peregrino, y los primeros compañeros oraban juntos en Roma.

María, ayúdanos a continuar el camino con la mirada puesta en Jesucristo. Hoy en todos los rincones del mundo, jesuitas y laicos, agradecidos, sabemos que animas nuestro paso para cumplir con nuestra misión cotidiana. Te pedimos por toda la humanidad en marcha: “Madre, ponnos con tu Hijo”.