Vicente Cañas (1939-1987), nació en Alborea (Albacete). Con 22 años ingresó en el noviciado de San Pedro Claver, en Lérida, de donde salió convertido en misionero. En 1966 llegó a Brasil y dos años después al estado de Mato Grosso, la misma tierra que le vio morir. Cañas fue asesinado un día indeterminado, probablemente un 6 o 7 de abril, en 1987. Su cuerpo apareció casi 40 días después con evidentes signos de tortura.

La historia de Vicente Cañas es la de un valiente  que nació español, se nacionalizó brasileño y murió Enawenê-nawê. El misionero adoptó las costumbres y la forma de vida de una tribu con la que nadie había tenido contacto hasta que llegó él en 1974. Defendió sus derechos ante el estado brasileño, queriendo que protegieran esa demarcación del Mato Grosso para que pudieran seguir viviendo los Enawenê-Nawê como hasta entonces.

Quienes mejor le conocieron le recuerdan como un tipo sencillo y recio. Amable y fiel a su vocación de reflejar a Jesús en todas las decisiones, en todos los actos. Su resistencia y defensa de estos invisibles le llevó a enfrentarse a los intereses egoístas de los poderosos fazendeiros brasileños. Le amenazaron e intentaron asustarlo, sin embargo, Vicente resistió fiel por amor al Evangelio y a sus hermanos indios. Ese fue su último acto de amor, su sentencia de muerte en 1987.