Nuestra historia

El descubridor del Nilo

Richard Francis Burton y John Hanning Speke han pasado a la historia como los descubridores de las fuentes del Nilo en 1858, año en que situaron en el mapa el Lago Victoria. Sin embargo, fue un jesuita español llamado Pedro Páez, quien había descubierto, dos siglos antes, cuál era la fuente principal de uno de los ríos más grandes del mundo. Pedro nació en 1564 en Olmeda de la Cebolla, estudió en Alcalá, fue ordenado sacerdote en Goa, e inició un largo viaje hasta llegar a la costa somalí....

Vidas Entregadas II

Vidas Entregadas es una serie en que presentamos la vida de compañeros jesuitas que han entregado su vida al servicio de Dios, la Iglesia y el mundo. Su testimonio nos emociona y nos anima a entregar también la nuestra. En este capítulo, conocemos a Pere Julià Mayol, misionero en la India durante más de 50 años... Recorriendo pueblos en su humilde bicicleta, se introdujo tanto en la cultura local que hoy podría pasar por un anciano hindú. A continuación, descubrimos a Toño García, un...

El peregrino

Íñigo López de Loyola (1491-1556) nació en Azpeitia, un pequeño pueblo de Guipúzcoa, España. Sus padres, Beltrán y María, tuvieron 13 hijos, de las cuales Ignacio era el último. Tras haber sido herido en la defensa del castillo de Pamplona tuvo que permanecer inmóvil durante el reposo a que le obligó la lenta recuperación de su herida. Vivió una conversión interior que fue el comienzo de ulteriores aventuras, haciendo de él un peregrino movido por un inextinguible amor a Jesucristo....

Mártir del siglo XX

Miguel Agustín Pro nació el 13 de enero de 1891 en la población minera de Guadalupe (México), siendo el tercero de once hermanos. Cuando ingresa al Noviciado de la Compañía de Jesús ya tenía dos hermanas que habían abrazado la vida religiosa. Al acabar el Noviciado continuó su formación en Estados Unidos, España, Nicaragua, y Bélgica, donde es ordenado sacerdote. La mala salud acelera el regreso a su patria, sin embargo el joven Miguel no quiere dejar el viejo continente sin antes viajar a...

Perseguido

Nicolás Owen (1550-1606) nació en Oxford, en una familia donde el coraje y el valor se aprendían desde niño. Su padre le transmitió la fe católica en medio de la persecución, su hermano mayor arriesgaba la vida en su imprenta publicando folletos católicos en medio de la persecución protestante y, otros dos hermanos, se ordenaron sacerdotes clandestinamente. Nicolás aprendió bien el oficio de carpintero y albañil, siguiendo los pasos de su padre, para proteger a los católicos perseguidos....

Fe y Ciencia

Toda una vida dedicada a la Geofísica, al diálogo con la ciencia en las mejores universidades de tu campo. ¿Es eso propio de un jesuita? Mi destino a estudios especiales me vino al final del juniorado en La Habana, planeando incorporarme al observatorio de astronomía y meteorología del Colegio de Belén. Hice primero Filosofía en la Universidad de Saint Louis, Missouri, y continué después los estudios de Geofísica. Mientras realizaba estos estudios, el gobierno de Fidel Castro incautó el...

Desde una habitación

El mundo entero cabe en una pequeña habitación... Anselmo Rabadán nos cuenta todo lo que Ignacio hizo desde su cameretta en Roma. Envió a sus compañeros jesuitas por todo el mundo, redactó las constituciones de la Compañía, escribió cientos de cartas con las que los primeros compañeros vivieron "en unión de ánimos". Todo eso y mucho más, desde una habitación....

El cardenal humilde

Roberto nace el 4 de octubre de 1542, en Montepulciano, Italia, en el seno de una familia importante, ya que su padre es el primer magistrado de la ciudad y su madre es hermana del Papa Marcelo II. Además, su padrino de bautismo es el cardenal Roberto Pucci, buen amigo de sus padres. Por ello, no es de extrañar que el joven Roberto tuviera sus luchas internas a la hora de soñar su vida en clave de éxito social. Él cuenta en sus memorias: “De pronto, cuando más deseoso estaba de conseguir...

Sólo tres cosas

Si tuviera que elegir tres cosas del legado que san Ignacio nos dejó a los jesuitas y a toda la Iglesia, me quedaría con las siguientes. Lo primero, su capacidad de autoconocimiento. La sabiduría que contienen sus Ejercicios Espirituales da fe de una persona inteligente que conocía bien sus entresijos más profundos. El combate interior, la gestión de consolaciones y desolaciones, la fuerza con la que se compromete al seguimiento de Jesús... quedan plasmados en las páginas de los Ejercicios....