Dar el paso

Sin máscaras

Cristo nos llama a seguirlo en pobreza y en humildad; es decir, quiere que le sigamos quitándonos nuestras máscaras, las cosas que nos hacen parecer «mejores»: el dinero que tenemos, los estudios que hemos hecho, nuestras «espléndidas» habilidades… Nos pide dejar a un lado las seguridades materiales, y quitar importancia a aquello que creemos que es nuestra fuerza. Para ser jesuita no es necesario tener cien dones y mil habilidades, Él no llama según lo que nosotros creamos poder dar. Él...

Comienza la aventura

¿Cómo decide uno entrar en la Compañía de Jesús? ¿Por qué entregar la vida en pleno siglo XXI? Este es el capítulo 0 de una serie de vídeos en el que compañeros jesuitas hablarán sobre su propia vocación. La entrada, el miedo, la atracción por la Compañía... son algunos de los temas tratados en estos vídeos. Una aventura que cuenta la historia de unos hombres que han puesto todo al servicio de Dios, de la Iglesia y de la Compañía....

La entrada

"¿Cuántos años tenías al entrar en la Compañía? ¿En qué situación te encontrabas?" Estos compañeros jesuitas nos hablan del momento preciso en que decidieron entrar en la Compañía. Dar el paso no es fácil... pero cuando Dios habla, uno no se puede resistir. O sí, pero entonces nada merece la pena. Cada uno de estos compañeros se encontraba en un momento vital. En medio de los estudios o de la vida laboral, terminando una etapa u empezando otra... ¿Qué más da? Todo palidece cuando uno siente...

Mi vocación en 3 imágenes: Luis Busto

Mi vivencia de la fe en casa tuvo que ver en gran parte con mi abuelo. Para él era algo muy importante y siempre quiso compartirla con nosotros. Fue él quien me regaló mi primera Biblia, que solíamos leer con mi padre por la noche. Con mi abuelo recuerdo también momentos en los que me contaba cómo rezaba, me enseñaba a bendecir la mesa, o me hablaba con naturalidad de su vida creyente. Recuerdo pasar largos ratos en su despacho, teniendo yo ya 14-15 años, en los que le compartía ideas,...

Una gran atracción

¿Qué fue lo que más te atrajo de los jesuitas? ¿Por qué la Compañía y no otro lugar? Este vídeo responde a estas preguntas de una forma muy, muy personal. En el momento de entrar, cada jesuita se sintió atraído por algo en concreto. Para algunos fue la misión, los Ejercicios encarnados en el servicio a los más pobres... Para otros fue la amistad entre compañeros, su cercanía o su radicalidad. Cualquiera de estas razones son el chispazo que hace prender...

Joven, testarudo… y santo

Estanislao de Kostka (1550-1568) es conocido por su santidad juvenil y su férrea decisión de seguir la llamada de Dios a pesar de los obstáculos que ponía su familia. De noble familia polaca (su padre era señor de Zakroczym y senador del reino) estaba destinado a la vida pública. Con 13 años, sus padres le enviaron a estudiar al colegio de los jesuitas en Viena, donde se educaba la nobleza austriaca. Allí, tuvo una experiencia mística en la que la Virgen María le ponía al Niño Dios en sus...

Mi vocación en 3 imágenes: Gabi Espinosa

En los días de mi infancia, uno de los más importantes del año era el Domingo de Ramos. En él se daban cita componentes decisivos en mi proceso de transmisión de la fe: el tiempo en familia (en la foto aparezco con mi hermana María en el patio de la casa de mis abuelos ataviado de nazareno antes de la procesión) y la hermandad de la Sagrada Cena en Sevilla, donde cuajé mis primeras amistades de niñez y primer lugar fuera de la familia donde mis padres me confiaron a otros. En entornos así...

¿Desear la pobreza?

Antes de ser jesuita viví en un Colegio Mayor en Madrid. La costumbre en el Colegio era personalizar la habitación. De hecho, los veteranos decían que se puede conocer a un colegial entrando en su habitación. Y yo la inundé con fotos, posters, recuerdos de viajes y posavasos por las paredes. En definitiva, la forré de todo lo que me gustaba y de lo que quería mostrar de mí mismo. Cuando, viviendo allí, empecé el discernimiento para entrar en la Compañía, aquella habitación empezó a...

El grito de Dios

«Consolad, consolad a mi pueblo – dice vuestro Dios-». Hace tiempo que escuché estas palabras en lo más profundo de mi corazón. Un grito dentro de mí que me exigía una respuesta, que no me dejaba permanecer indiferente o parado. Es el grito de Dios pidiendo ayuda, dándome una misión. Grito que, en Él, nace del contemplar a un mundo herido que pide auxilio. ¡Hay tantas realidades en nuestro mundo que necesitan ser sanadas! Y Dios no permanece ajeno. Las hace suyas, le tocan en lo más hondo....

Ser Jesuita
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