Una persona: Mis padres.
Un personaje histórico: Christian de Chergé.
Un santo: San Edmundo Campion.
Un lugar: el barrio de Bourj Hammoud en Beirut.
Un libro: León el africano, de Amin Maalouf.
Un personaje (real o ficticio) en el que te sientas reflejado: Coronel Hannibal Smith del Equipo A.
Una canción que podría hablar de ti: Nómadas de La M.O.D.A.
Una cita: «Las ligas se ganan partido a partido» de Diego Pablo Simeone.
Tres cosas innegociables en tu vida: La constancia, el compañerismo y la prudencia.
¿Cómo rezas? Dedico la mayor parte del tiempo a prepararme para el encuentro, a acallar los ruidos (interiores y exteriores) y recordar que antes de ponerme a rezar el Señor ya ha salido a mi encuentro. Después medito con las lecturas de la Eucaristía del día y termino encomendando mi día o algunas intenciones particulares al Señor.
¿Hay algo que temas especialmente? Estoy convencido que todos los jesuitas entraron en la Compañía por una verdadera pasión por Cristo y su Evangelio. Con el paso de los años me he encontrado a muchos compañeros que conservan esa pasión primera pero también otros muchos que han terminado por encerrar esa pasión en una fortaleza de comodidades y auto seguridades. Me da miedo acabar yo también siendo un sacerdote así, atrapado bajo el peso de las cicatrices que le ha dejado la vida o atrincherado en medio de pequeñas comodidades.
A un joven que quisiera ser jesuita yo le diría… Que se fije profundamente en Cristo. Si su corazón vibra de manera distinta cuando contempla a Jesús de Nazaret, si sueña con entregar toda su vida a Dios y a los hombres, si cree profundamente en que el Reino de Dios ya ha comenzado en nuestros días… entonces este es su sitio. Para sueños menores que busque en otro lugar.