Misionero desde niño
Juan de Brito (1647-1693), aristócrata portugués, a los nueve años era ya miembro de la corte y compañero del joven príncipe que luego llegaría a ser el rey Pedro II. Siendo niño estuvo a punto de morir y su madre hizo promesa de que, si vivía, iría vestido con la sotana de la Compañía durante un año. Al recobrar la salud hubo de pasearse por la corte como un jesuita en miniatura... De este modo tan curioso, comenzó a crecer en él un fuerte deseo de entrar realmente en la Compañía....