San Ignacio y el billar

Hace poco topé con una anécdota curiosa que habla del carisma de Ignacio, de su arrojo a la hora de apostar la vida… Y me hizo recordar la pasión que tiene que mover toda vocación. Lo encontré en un libro de Pedro de Ribadeneyra y dice así: En París había un doctor teólogo, al cual deseó mucho Ignacio ganar y traerle al conocimiento y amor perfecto de Jesucristo: y habiendo tomado para ello muchos medios sin provecho ninguno, fue un día a visitarle a su casa con un compañero que me contó lo...